El próximo candidato de origen guineano es quizás unos de los favoritos para ser el próximo lider cabeza de la iglesia, además que es uno de los aspirantes mas conservadores entre todos los cardenales en el Cónclave.

Un referente conservador con raíces africanas
Robert Sarah nació el 15 de junio de 1945 en la pequeña aldea de Ourous, en Guinea. Desde joven abrazó la vocación religiosa y se convirtió en una figura clave del catolicismo africano. A los 34 años fue nombrado arzobispo de Conakry por el papa Juan Pablo II, cargo desde el cual enfrentó con firmeza al régimen dictatorial de Sékou Touré, defendiendo los derechos humanos y la libertad religiosa bajo vigilancia constante.
Su postura combativa contra las dictaduras africanas y su compromiso con la fe lo convirtieron en un referente moral, tanto en su país como en el resto del continente.
Ascenso en el Vaticano y papel clave en la liturgia
Sarah continuó su ascenso en la curia romana bajo el pontificado de Benedicto XVI, quien lo creó cardenal en 2010. Años más tarde, el papa Francisco le confió la prefectura de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, donde promovió una visión litúrgica austera y tradicional. Fue defensor del uso del canto gregoriano y de la misa ad orientem (con el sacerdote de espaldas a los fieles), una postura que generó tanto apoyos como polémicas dentro del Vaticano.
Sarah se retiró en 2021, pero su pensamiento continúa influyendo en sectores conservadores de la Iglesia que buscan un retorno a las raíces doctrinales y litúrgicas.
Pensamiento y obra: crítica al capitalismo y a la secularización
Además de su carrera eclesiástica, Robert Sarah es autor de varios libros de gran impacto en el mundo católico. En obras como Dios o nada, expresa su preocupación por lo que considera una «colonización cultural» de Occidente, que transforma al ser humano en un mero consumidor, alejado de lo trascendente.
Con una combinación de rigor teológico y sensibilidad social, Sarah se posiciona como una voz que busca rescatar los valores espirituales en un mundo cada vez más secularizado.
¿Podría convertirse en el próximo Papa?
Aunque su perfil genera simpatía entre sectores conservadores del Colegio Cardenalicio, su edad —79 años— podría jugarle en contra. De hecho, si el cónclave se prolonga más allá del 15 de junio, perdería su derecho a voto, lo que limitaría sus posibilidades reales de ser elegido.
Sin embargo, su nombre aparece con frecuencia entre los más mencionados en las quinielas previas al cónclave. En un momento de definiciones para el futuro de la Iglesia, Robert Sarah representa una opción clara para quienes buscan un giro hacia la tradición.