La Semana Santa, un periodo sagrado para los cristianos que conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús, es también una época de reflexión y sacrificio personal. Durante estos días, la tradición católica insta a los fieles a abstenerse de consumir carne como una forma de penitencia y purificación espiritual.
Los días clave en los que se recomienda la abstinencia de carne son el Viernes Santo, que este año cae el 29 de marzo, en recuerdo de la crucifixión de Jesús, y para algunos, el Miércoles de Ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma. Este acto de sacrificio tiene como objetivo la unión espiritual con el sufrimiento de Cristo, buscando una purificación y fortalecimiento del espíritu.
Para aquellos que observan esta tradición, existen varias alternativas nutritivas y sabrosas para sustituir la carne. Entre las opciones se encuentran pescados y mariscos, ricos en proteínas y ácidos grasos omega-3; legumbres como lentejas, garbanzos y frijoles, que aportan proteínas, hierro y fibra; huevos, con alto contenido en proteínas y vitaminas A y D; productos lácteos, fuente de calcio y proteínas; así como una amplia variedad de verduras y frutas, esenciales por sus vitaminas, minerales y fibra.
La Semana Santa de este año se extiende desde el Domingo de Ramos, el 24 de marzo, hasta el Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua, el 31 de marzo, incluyendo dos días feriados, jueves 28 y viernes 29 de marzo, reconocidos a nivel nacional para los trabajadores del sector público y privado. Estos días no solo ofrecen la oportunidad para la observancia religiosa sino también para reflexionar sobre el sacrificio, la vida y los principios que guían a cada individuo.