El 6 de agosto, el Museo del Louvre en París fue escenario de un insólito acto de protesta cuando una mujer se desnudó frente a la icónica pintura de la Mona Lisa, exponiendo sus genitales ante cientos de visitantes y trabajadores del recinto. El escandaloso incidente llamó la atención de los turistas presentes hasta que la mujer fue rápidamente contenida por los guardias de seguridad del museo.
Este evento se suma a una serie de incidentes que han marcado la trayectoria de la célebre obra de Leonardo da Vinci. El 28 de enero, activistas lanzaron sopa al cristal protector de la pintura como parte de una protesta para aumentar la conciencia sobre el derecho a una alimentación sana.
Otro episodio destacado en la historia reciente de la Mona Lisa ocurrió en 1956, cuando un turista boliviano, Hugo Unzaga, lanzó una piedra contra el cristal protector de la pintura. El impacto rompió el cristal y causó el desprendimiento de una sección del óleo, específicamente en el área del codo de la figura de la Mona Lisa. Este acto, según historiadores, fue una manifestación de la frustración del turista por su imposibilidad de regresar a su país de origen.
En 1974, durante el primer día de exhibición del cuadro en el Museo Nacional de Tokio, la japonesa Tomoko Yonezu, quien estaba en silla de ruedas, arrojó pintura roja sobre la obra. Yonezu protestó contra las políticas del museo que dificultaban el acceso a personas con discapacidad.