Juan Quispe, residente de Andahuaylas, vivió una transformación radical cuando recibió el diagnóstico de insuficiencia renal crónica. La rutina de diálisis diaria lo obligó a dejar atrás sus actividades y negocios para hacer frente a esta enfermedad que había afectado uno de sus riñones de forma crítica, requiriendo con urgencia un trasplante para salvar su vida. Aunque reticente a que su hijo arriesgara su propia salud, Elías Quispe Reyes no titubeó en ofrecerse como donante para darle una segunda oportunidad a su padre.
En el transcurso de esta Semana Santa, llegó el tan esperado día de la operación que cambiaría la vida de Juan Quispe, llevada a cabo por más de 50 profesionales en el Hospital Nacional Ramiro Prialé Prialé. La compleja cirugía, que duró casi 9 horas, resultó un éxito rotundo.
«El amor filial es un lazo poderoso que impulsa a acciones desinteresadas», destacó el Dr. Ernesto Molina Loza, gerente de la Red Asistencial Junín, tras la intervención en el Hospital Nacional Ramiro Prialé Prialé de EsSalud, en Huancayo, Junín.
Para seguir con vida, Juan Quispe tuvo que adaptarse a las sesiones de diálisis, incluso trasladándose con su familia desde Andahuaylas hasta Huancayo para recibir tratamiento en el Hospital Nacional Ramiro Prialé Prialé hasta tres veces por semana.
Con uno de sus riñones ya incapacitado, la búsqueda de un donante se convirtió en una carrera contra el tiempo. Afortunadamente, su hijo Elías Quispe Reyes, de 27 años, resultó ser compatible. Sin vacilar, siguió adelante con el proceso hasta el día de la cirugía, donde finalmente pudo ofrecerle una nueva oportunidad de vida a su padre.
Después de la exitosa operación y una recuperación satisfactoria, Juan Quispe pudo reunirse con su hijo en su hogar en Huancayo, celebrando la vida y el amor familiar que los había llevado a superar juntos este desafío.