Durante un reciente mitin en Florida, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su desaprobación ante la elección del artista puertorriqueño Bad Bunny como el encargado del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl 2026. En sus declaraciones, Trump afirmó que no conoce al cantante ni su música, lo que generó revuelo entre los fanáticos y seguidores del reguetón.
El exmandatario comparó la decisión de incluir a Bad Bunny con las presentaciones icónicas de bandas legendarias como los Rolling Stones y Paul McCartney en años anteriores. Trump se mostró sorprendido por la elección, manifestando que la música actual se ha desviado de los estándares que él considera aceptables, calificando muchas de las producciones contemporáneas como «ruido» y mencionando el uso excesivo de autotune en la industria musical.
A pesar de las críticas, Bad Bunny, cuyo verdadero nombre es Benito Antonio Martínez Ocasio, no ha emitido ningún comentario público acerca de las declaraciones de Trump. El artista, reconocido a nivel mundial por su estilo único y su influyente trabajo en el género del reguetón y la música urbana, ha sido aclamado tanto por su música como por su impacto social.
La elección de Bad Bunny para un evento de la magnitud del Super Bowl, que atrae a millones de espectadores en todo el mundo, también refleja un cambio en las tendencias musicales y la representación de artistas de diversos géneros en plataformas masivas. La controversia generada por la opinión de Trump sobre este hecho pone de relieve las tensiones entre generaciones y estilos musicales, que tienden a chocar en un panorama cultural en constante evolución.
A medida que se acerca el Super Bowl 2026, la atención sobre esta elección se intensifica, con el público y los medios de comunicación siguiendo de cerca las reacciones tanto de los artistas como de aquellos que se sienten identificados con la música de Bad Bunny. Las perspectivas sobre la inclusión de nuevos géneros y artistas en eventos tan tradicionales como el Super Bowl no solo cuestionan los criterios artísticos sino también lo que significa la cultura musical en la actualidad.
Esta situación es un recordatorio de que la música tiene el poder de unir, pero también puede ser fuente de divisiones de opinión, especialmente en un contexto cultural en el que los cambios son constantes.
Fuente: Infobae