En un operativo realizado por el Grupo Terna de la Policía Nacional del Perú (PNP), Jean Paul Fabricio Murga (28), conocido con el alias de «Mapache», fue capturado en pleno acto delictivo en el Cercado de Lima. El sujeto, quien arrebató el celular a una pasajera de un automóvil, intentó justificar su acción alegando falta de empleo y apelando a la conmiseración de los presentes, incluso mencionando a su hija. Sin embargo, las autoridades aseguraron que no era la primera vez que cometía un delito y que su reacción forma parte de una estrategia común para evadir responsabilidades.
El incidente ocurrió cuando agentes encubiertos observaron a Murga deambular con actitud sospechosa por la zona, buscando una posible víctima. Tras varios minutos de vigilancia, los efectivos lo vieron abalanzarse sobre un vehículo y arrebatar el teléfono móvil de una pasajera, quien quedó visiblemente afectada por el suceso. Los policías actuaron de inmediato y lo redujeron en plena vía pública.
Al verse atrapado, «Mapache» rompió en llanto y suplicó perdón a la víctima y a los agentes. «No quiero ir preso, ayúdame. Mamita linda, perdóname, mi reina. Tengo una hijita bonita. Apóyame. Perdóname…», exclamó entre lágrimas. Además, admitió su culpabilidad frente a las autoridades: «Le robé a la señora. Le pido disculpas a la agraviada».
No obstante, el jefe del Escuadrón Verde de la PNP, Pedro Rojas, advirtió que este tipo de reacciones son una táctica frecuente entre los delincuentes para conmover a las autoridades y atenuar su responsabilidad penal. «Es una argucia que emplean para poder evadir su responsabilidad», explicó Rojas.
Las investigaciones revelaron que Jean Paul Fabricio Murga ya contaba con antecedentes por hurto y robo, lo que demostraría su intención de seguir delinquiendo. «Estaba con claras intenciones de cometer un delito. Arrebató el celular de una pasajera y el Grupo Terna, que estaba tras sus pasos, lo capturó», precisó el mando policial.
Hasta el cierre de esta edición, Murga permanecía bajo custodia en la comisaría de Monserrat, donde se realizaban las diligencias correspondientes. Las autoridades aseguraron que, pese a sus lágrimas y súplicas, este tipo de reacciones no serán consideradas como una muestra de arrepentimiento real, y se procederá de acuerdo con la ley.