Perú ha registrado un incremento preocupante de casos de uta, una forma de leishmaniasis cutánea, en diversas regiones como Lima, Lambayeque, Cusco y Áncash. Las zonas endémicas los casos varían desde 2 hasta 12 contagios, activando las alarmas de las autoridades sanitarias.
A pesar de la creciente incidencia de la enfermedad, la respuesta del sistema de salud ha sido insuficiente, evidenciando carencias en la preparación hospitalaria y falta de tratamientos esenciales para los pacientes afectados.
En Áncash, la situación ha revelado deficiencias en el sistema de salud. A principios de abril, Ferdinand Verástegui, líder de la Microrred de Salud de Cabana, reportó la escasez de ampollas necesarias para tratar la enfermedad. Aunque la Dirección Regional de Salud (Diresa) anunció la adquisición de un lote de 1.050 ampollas, un reportaje de ATV mostró que en la región de Payasca estos medicamentos aún no han llegado, dejando a 12 personas contagiadas sin tratamiento.
En Huarochirí, Lima, se han reportado 10 casos de uta, incluyendo a un adulto mayor que lleva meses esperando recibir tratamiento. A pesar de sus esfuerzos por buscar los medicamentos por diferentes puntos de la ciudad, no ha tenido éxito en encontrarlos.
Cusco y Lambayeque también han reportado casos, sumando 1 y 18 contagios respectivamente. La falta de medicamentos para tratar la enfermedad genera incertidumbre entre los pacientes y sus familias.
El Ministerio de Salud (Minsa) informó el pasado viernes 19 de abril que se ha iniciado la distribución nacional de 90 mil ampollas de tratamiento a través del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares). Esta primera fase de entrega forma parte de un plan que contempla la distribución total de 350 mil fármacos para atender la creciente necesidad en las regiones más afectadas.
La uta, también conocida como leishmaniasis cutánea, es una enfermedad parasitaria transmitida por la picadura de flebótomos infectados, pequeños insectos conocidos como moscas de arena. Esta enfermedad se caracteriza por la aparición de úlceras en la piel, principalmente en áreas expuestas al mosquito como la cara, extremidades y cuello.
Fuente: ATV