La llegada del Señor de Luren a Ica se remonta al año 1570. Según la tradición, un sacerdote franciscano llamado Francisco de Madrigal viajó a Lima para adquirir una imagen sagrada que había sido recuperada por los padres franciscanos de un barco. Tras pagar por la imagen, emprendió el viaje en barco hacia Pisco.
Al llegar al templo en Ica, ocurrió algo inesperado: los asnos que transportaban la imagen se negaron a levantarse. Este hecho fue interpretado como una señal de que el Señor de Luren deseaba quedarse en ese lugar. Así, se decidió construir una capilla en el sitio donde los animales se detuvieron, dando inicio a la profunda devoción al Señor de Luren, que persiste hasta hoy.
Lo que comenzó con solo 16 miembros unidos por su amor al Señor de Luren ha crecido significativamente con el paso de los años. Actualmente, la hermandad cuenta con 238 hermanos activos y 60 jóvenes interesados en unirse.
Los requisitos para formar parte de la hermandad incluyen presentar la partida de bautizo y documentos personales. Los aspirantes deben ser solteros o, en caso de estar casados, presentar su partida de matrimonio (la convivencia no es aceptada). La edad mínima para unirse es de 16 a 18 años en adelante. Esta comunidad sigue creciendo, impulsada por la devoción y el compromiso con su fe.