El congresista Darwin Espinoza se encontró bajo los reflectores de los medios cuando fue abordado por preguntas incisivas sobre una investigación en curso que lo vincula a presuntos favores políticos. La situación se tornó tensa cuando se le cuestionó acerca de un supuesto acuerdo con la parlamentaria Kira Alcarraz para la contratación de Stephania Cuya Bezzolo, con quien se rumorea mantiene una relación sentimental. Ante estas interrogantes, Espinoza reaccionó con incomodidad y desvió la atención hacia otros congresistas, sugiriendo que la prensa no investiga casos similares que involucran a legisladores homosexuales contratando a sus parejas como asesores.
El congresista hizo alusión a la orientación sexual de ciertos colegas parlamentarios y sugirió que estos casos no son objeto de escrutinio mediático debido a la naturaleza de las relaciones. Aunque no proporcionó nombres específicos, instó a los periodistas a indagar también en estos casos, insinuando una falta de equidad en la cobertura mediática.
«Hay congresistas homosexuales que contratan como asesores a sus maridos, a sus parejas (…) Son homosexuales porque han contratado a sus parejas hombres. Vas a ver un hombre congresista con otro hombre, así son», indicó a los medios.
«Vas a decir no son pareja, pero son homosexuales (…), y se van de viaje. Síganlos también», exigió.
En relación con las acusaciones sobre su relación sentimental con Stephania Cuya, Espinoza optó por la negación y describió el encuentro como algo «pasajero», distanciándose de la idea de una relación estable. Además, expresó su disposición a colaborar con las investigaciones en curso, reiterando que no veía problema alguno en ello.
Finalmente, el congresista aprovechó la oportunidad para dirigir unas disculpas a su familia, reconociendo el impacto negativo que la exposición mediática había tenido sobre ellos. En un intento por minimizar la controversia, restó importancia a los eventos recientes, sugiriendo que no merecían tanta atención en el escenario político actual.