El fabricante alemán de equipos elevadores, Böcker Maschinenwerke, ha tomado una decisión audaz tras el robo que tuvo lugar en el Museo del Louvre, donde un equipo de ladrones utilizó un montacargas de su propia marca para llevar a cabo el atraco. Aprovechando la atención mediática que generó el incidente, la empresa lanzó una campaña publicitaria en las redes sociales que incluye una imagen del montacargas durante el robo y el lema irónico: «Cuando hay que hacer las cosas rápido«.
El montacargas involucrado, modelo Böcker Agilo, es capaz de transportar hasta 400 kg a una velocidad de 42 metros por minuto. Según informes, este equipo fue robado previamente a un cliente francés, lo que generó dudas sobre la seguridad y el manejo de los productos de la compañía. Los ladrones lo utilizaron para acceder al primer piso del museo y abrir un boquete en una ventana del Salón Apolo, donde sustrajeron ocho piezas valiosas de la Corona francesa en un tiempo récord de solo siete minutos.
El asalto fue sofisticado y estuvo planificado con detalle. Los delincuentes no solo tenían el montacargas, sino que también contaron con motos para facilitar su huida. Adicionalmente, se intentó incendiar el camión que utilizaron durante el robo, aunque este intento resultó fallido.
La campaña publicitaria de Böcker ha generado diversas reacciones en la sociedad. Por un lado, algunos aplauden la creatividad del marketing, mientras que otros critican la falta de sensibilidad al sacar provecho de un hecho delictivo. En defensa de su estrategia, el director de la empresa justificó el uso del humor en la campaña debido a que no hubo heridos durante el robo y subrayó la importancia de captar la atención del público hacia la marca en un contexto tan mediático.
A pesar de la controversia, la acción de Böcker Maschinenwerke ha resaltado cómo las marcas pueden reaccionar ante incidentes negativos, cuestionando los límites de la ética en el marketing moderno.
Fuente: Diario Gestión









