La más reciente encuesta de Ipsos revela que la presidenta Dina Boluarte alcanza un 0% de respaldo en simpatía ciudadana a nivel nacional, situándose al final de la lista de figuras políticas evaluadas. Este resultado, que se mantiene constante en Lima, el interior urbano y las zonas rurales, refleja una profunda crisis de aprobación hacia su gestión y liderazgo. La encuesta, cuyos datos completos no han sido publicados oficialmente por restricciones del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), incluye a personalidades inhabilitadas, lo que ofrece un escenario distinto al de otros sondeos formales.
En contraste con la mandataria, las mayores simpatías las concentran figuras inhabilitadas o en prisión. El expresidente Martín Vizcarra lidera la lista con un 15% de preferencia a nivel nacional, seguido por Pedro Castillo, quien se encuentra encarcelado desde 2022, con un 13%. Keiko Fujimori ocupa el tercer puesto con un 11% de respaldo. Estos datos evidencian una fuerte fragmentación y orientación regional en las preferencias, así como una gran desconexión entre la ciudadanía y la administración actual.
El distanciamiento social hacia el Ejecutivo peruano no solo es nacional, sino que también se refleja en el plano internacional. Al compararla con otros mandatarios de la región, la presidenta Boluarte ocupa el último lugar en popularidad, incluso por debajo de líderes señalados por la comunidad internacional. Este panorama subraya un ambiente generalizado de desaprobación y desencanto hacia el gobierno.
Este escenario político se enmarca en la previa de las elecciones presidenciales de abril de 2026, donde se anticipa una competencia con un número histórico de candidatos. La brecha entre la clase política tradicional y la percepción ciudadana se presenta como el mayor desafío para cualquier fuerza que aspire a conectar con la población en el próximo proceso electoral.









