Los recientes proyectos de ley que proponen el restablecimiento del servicio militar obligatorio para jóvenes desempleados, sin estudios y con antecedentes judiciales han reavivado el debate sobre la seguridad en Perú. Impulsada por la Municipalidad de Los Olivos y la congresista María Acuña, la iniciativa busca enfrentar la creciente delincuencia juvenil y ofrecer alternativas a aquellos jóvenes en riesgo de caer en organizaciones criminales.
La propuesta se presenta como una respuesta a la creciente crisis de criminalidad que afecta a diversas regiones del país. En medio de este contexto, algunos sectores consideran que la obligatoriedad del servicio militar podría ser una solución efectiva para frenar la violencia y mejorar la seguridad ciudadana.
Desde la suspensión del servicio militar obligatorio en 1999, el Perú optó por un modelo voluntario. Sin embargo, la situación actual de inseguridad ha llevado a repensar esta política. A medida que los índices de criminalidad continúan en aumento, el Congreso y autoridades locales abogan por la implementación de nuevas medidas que contribuyan a restablecer el orden y la paz en las calles.
Proponentes del proyecto sostienen que el servicio militar obligatorio podría servir como una vía para alejar a los jóvenes de las redes delictivas, brindándoles formación, disciplina y una oportunidad para integrarse al sistema laboral y social. De esta manera, aseguran que no solo se busca fortalecer las fuerzas armadas, sino también generar un impacto positivo en el futuro de muchos jóvenes que actualmente viven en condiciones vulnerables.