La difícil situación económica que afecta al Perú desde el año pasado ha llevado a las familias a modificar sus patrones de consumo, según revela la encuesta ‘Expectativas, Tendencias y Cambios de Consumo’ elaborada por IPSOS. Entre las conclusiones más destacadas de la encuesta, que incluyó a mil hogares, se observa un cambio significativo en la elección de ingredientes para la preparación de alimentos.
El 51% de los hogares encuestados indicó haber dejado de comprar carnes rojas como res, cerdo y carnero. Además, el 31% redujo el consumo de embutidos como jamonada y hot dogs. El estudio revela que el 29% de los encuestados ha disminuido la compra de mariscos, mientras que el 13% ha hecho lo mismo con el pescado. Sin embargo, un 25% mencionó no haber excluido ningún ingrediente de su menú habitual.
En respuesta a la preocupación por la alimentación y la anemia, las familias peruanas han aumentado el consumo de menestras, con un 63% indicando que consumen con mayor frecuencia lentejas, frejoles y alverjas. Además, el pollo (43%), las verduras (42%) y el pescado (34%) se han vuelto más regulares en los platos diario
El informe destaca la adaptación de las familias a la situación económica, evidenciando una mayor preferencia por ingredientes asequibles y nutritivos. A pesar de las dificultades económicas, se observa una resiliencia en la variedad y calidad de la dieta, buscando opciones que brinden los nutrientes necesarios.