Arequipa. El maltrato animal ha vuelto a encender las alarmas en el país. Esta vez, la víctima es Layca, una perrita de 13 años que fue brutalmente golpeada por un repartidor de recibos de luz en el distrito de Miraflores, Arequipa. El hecho, captado en video, ha generado una ola de indignación y reclamos por justicia, así como exigencias de sanciones más severas contra la crueldad animal.
El ataque ocurrió la mañana del domingo 2 de marzo en la zona de Juan XXIII. Las imágenes de una cámara de seguridad muestran a Layca, quien sin mostrar agresividad alguna, fue golpeada en la cabeza con un objeto contundente, presuntamente un fierro, por Randolf Álvaro Durán Carrasco (42), repartidor de una empresa contratista de Seal. Los desgarradores gemidos de dolor de la perrita alertaron a una comerciante de la zona, quien confrontó al agresor y decidió denunciar el hecho.
Según el diagnóstico veterinario, Layca sufrió una fractura craneal y su estado de salud fue calificado como reservado. Su cuidadora teme que el golpe haya afectado su movilidad y calidad de vida de manera permanente. Ante esto, la comunidad animalista ha mostrado un fuerte apoyo, exigiendo justicia y una sanción ejemplar para el agresor.
Afortunadamente, Layca ha respondido favorablemente al tratamiento, aunque aún requiere estudios médicos adicionales, como una tomografía, para evaluar el alcance de las lesiones. Sus dueños han asumido todos los costos de su atención veterinaria, sin recibir apoyo externo hasta el momento.
Tras la denuncia, la Policía logró ubicar y detener a Durán Carrasco, quien fue llevado a la Comisaría Alto Misti, donde permanece arrestado mientras se investiga el caso. Organizaciones defensoras de los animales se congregaron frente a la dependencia policial para exigir una pena ejemplar, recordando que el maltrato animal es un delito en Perú según la Ley 30407. Además, se ha revelado que el agresor tiene antecedentes por violencia contra la mujer, lo que ha incrementado el repudio hacia su persona.
Por su parte, la empresa Seal ha condenado el hecho y ha solicitado a la empresa contratista un informe detallado, así como medidas correctivas para evitar que este tipo de incidentes se repitan. Sin embargo, la comunidad exige acciones concretas y no solo comunicados de prensa.
El caso de Layca ha removido conciencias y ha puesto sobre la mesa la urgencia de reforzar las penas contra el maltrato animal en el país. Mientras tanto, Layca continúa luchando por su vida, rodeada del cariño y apoyo de quienes buscan justicia en su nombre.