Un operativo policial en Río de Janeiro se ha convertido en el más letal en la historia de la ciudad, dejando un saldo trágico de al menos 132 muertos, entre ellos cuatro oficiales. La información fue proporcionada por la Defensoría Pública regional, que inicialmente reportó poco más de 60 fallecidos, aunque la cifra aumentó tras el hallazgo de decenas de cuerpos alineados en una calle de la favela de Penha y en un bosque cercano.
La operación contó con la participación de aproximadamente 2,500 efectivos de las fuerzas del orden, cuyo objetivo principal fue desmantelar la estructura del Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más poderosas que controla el narcotráfico en las favelas del norte de Río. Durante el operativo, se incautaron 31 fusiles de uso militar, alrededor de 50 armas de fuego y se detuvo a 81 sospechosos.
El gobernador Claudio Castro calificó esta acción como un hito en la lucha contra el crimen organizado y la mayor en la historia del Estado, considerándola un éxito. Sin embargo, la reacción de la comunidad ha sido diferente, ya que muchos vecinos y familiares de las víctimas expresaron su preocupación por el aparente abandono estatal ante las devastadoras consecuencias del operativo.
Con el paso de los días, se han intensificado las tensiones, ya que los habitantes de la favela se han visto obligados a encargarse de la identificación de los fallecidos, debido a la falta de apoyo y recursos oficiales durante estos momentos críticos. Este trágico evento ha abierto un debate sobre las políticas de seguridad en la región y los métodos usados para combatir el crimen organizado.
La situación actual en Río de Janeiro refleja la complejidad del problema de la violencia y el narcotráfico, y plantea preguntas sobre la efectividad de las intervenciones policiales masivas como estrategia para restaurar el orden público.
La comunidad espera respuestas sobre cómo se gestionará esta crisis a corto y largo plazo, y busca apoyo para sanar las heridas dejadas por un operativo que ha dejado una marca indeleble en la memoria colectiva de la ciudad.
Fuente: RPP









