La minería continúa consolidándose como uno de los principales motores de la economía de Ica, siendo la segunda actividad productiva más importante de la región. Según datos del Banco Central de Reserva del Perú, cerca de 2 de cada 10 soles (18,5%) que mueve la economía iqueña provienen directamente de esta actividad.
El dinamismo del sector minero no solo impulsa el crecimiento económico, sino que también genera oportunidades de empleo y recursos que benefician a miles de familias en la región. “Hoy, la minería es la segunda fuerza que mueve la economía de Ica. Si su crecimiento se sostiene, la región podrá generar más trabajos estables para las familias, atraer inversiones en nuevos proyectos y consolidarse como una de las zonas más competitivas del país”, afirmó Patricio Lewis, investigador de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).
Según el Ministerio de Energía y Minas, hasta julio de este año la minería generó 262,786 puestos de trabajo en la región, lo que representa un incremento del 2,4% respecto a junio.
Desafíos actuales del sector
A pesar de su importancia, la actividad minera en Ica registró una caída del 20% durante el segundo trimestre de 2025, principalmente por la menor producción de hierro debido a paralizaciones por temas operativos, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). El hierro es un insumo clave para la fabricación de acero, indispensable en la construcción de edificios y puentes, así como en la industria automotriz y de electrodomésticos.
Para asegurar un crecimiento sostenido, el sector necesita condiciones claras que brinden seguridad a la inversión y promuevan un desarrollo sostenible. Esto incluye fortalecer la estabilidad jurídica y tributaria, agilizar los procesos de permisos y exploración, e impulsar una mayor articulación con las comunidades y gobiernos locales.

Impacto en la región
“El potencial de la minería en Ica es enorme. Su desarrollo asegura miles de empleos formales, atrae nuevas inversiones, impulsa proyectos de infraestructura, mejora los servicios públicos y dinamiza el comercio local. Con este dinamismo, la región puede consolidarse como un referente de desarrollo que impacta directamente en la calidad de vida de las familias iqueñas”, señaló Lewis.
De cara al futuro, el gran desafío para la región será consolidar la minería como una actividad cada vez más competitiva, promoviendo la formalización laboral, la inversión en tecnología y la distribución equitativa de los beneficios. Con estas acciones, la minería no solo seguirá siendo un pilar de la economía regional, sino también una fuente constante de oportunidades y desarrollo para los iqueños.









