Carlos Motta Quispe, un marino retirado, se enfrenta a un proceso por tentativa de homicidio calificado tras intervenir para defender a una joven durante un asalto. El hecho ocurrió el 30 de agosto cuando, durante su rutina deportiva, presenció el robo del celular de la víctima cerca del cruce de las avenidas Universitaria y Tomás Valle. Al intentar ayudar, Motta fue agredido por uno de los delincuentes y, en el forcejeo, realizó un disparo que dejó herido al atacante.
La defensa del exmarino alega legítima defensa, argumentando que su intención fue proteger a la joven, quien se encontraba en el suelo y en evidente problemas. Su hijo, Diego Motta, explicó que su padre portaba un arma de forma legal y la desenfundó para disuadir al grupo de asaltantes, sin intención de causar daño. Además, se destacó que el agresor herido cuenta con antecedentes penales por robos en la misma zona.
La Fiscalía, sin embargo, reclasificó el caso de lesiones graves a tentativa de homicidio calificado, solicitando 18 meses de prisión preventiva para Motta. Los fiscales argumentan que para este delito debe existir ferocidad o placer en el acto, una acusación que la defensa rechaza, calificando el incidente como un evento fortuito y justificado.
Ante esta situación, la familia de Motta ha hecho un llamado público a la joven asistida y al autor de un video del incidente para que brinden su testimonio ante el Poder Judicial de Lima Norte. Han garantizado el anonimato de los testigos, con el único objetivo de esclarecer los hechos y demostrar que la acción del exmarino fue una legítima defensa y no un acto delictivo.