El precio de la plata ha alcanzado niveles no vistos en décadas, superando los 49 dólares por onza troy. Este crecimiento es impulsado por una fuerte demanda como refugio seguro y un mercado físico con oferta limitada. En lo que va del 2025, la plata ha registrado un incremento superior al 70%, superando al oro, como resultado de la incertidumbre política, riesgos fiscales y la posibilidad de recortes de tasas en Estados Unidos, además de una escasez del metal disponible en el mercado global.
La demanda industrial representa un factor clave en este fenómeno. Sectores como la energía solar, la electrónica y las tecnologías limpias aprovechan las propiedades superiores de conductividad eléctrica y térmica de la plata, difícilmente reemplazables por otros materiales. En particular, la industria fotovoltaica consume alrededor del 15% de la oferta anual de plata, con proyecciones que la hacen aumentar hasta representar casi el 40% de la demanda mundial para 2030.
Este consumo industrial crea una demanda inelástica, contribuyendo a un déficit global en el suministro de plata proyectado por quinto año consecutivo en 2025. Además, el mercado enfrenta un desequilibrio estructural, ya que la mayoría de la plata se produce como subproducto de la minería de otros metales. Esto limita la capacidad de respuesta rápida al aumento de la demanda. Junto a esta situación, la inversión insuficiente en exploración, leyes minerales menos favorables, aumentos de costos y regulaciones ambientales dificultan el crecimiento de la producción.
En este contexto, Perú, como segundo productor mundial de plata, está incrementando su producción y exportación en respuesta a los altos precios, lo que está impulsando la minería y la inversión en el país.
El reciente repunte del precio de la plata también está relacionado con un cambio en la tendencia del oro, que ha experimentado una caída tras alcanzar máximos históricos. Esto ha situado a la plata en el centro del interés de los inversionistas, destacando su potencial de crecimiento, especialmente por su importancia en el desarrollo de tecnologías de energías renovables y mercados industriales emergentes.
En resumen, la plata se encuentra en un contexto de fuerte crecimiento de precios impulsado por:
- Alta demanda de inversión y refugio seguro ante la volatilidad económica global.
- Creciente demanda industrial, especialmente en energía solar y tecnologías limpias.
- Oferta limitada y estructuralmente rígida, con déficits proyectados en el mercado físico.
- Importancia creciente de la minería en países como Perú.
Este escenario posiciona a la plata como un metal clave en la economía y minería mundial en 2025, con expectativas de continuar su tendencia al alza, aunque con riesgos asociados a posibles crisis globales severas.
Fuente: Diario Gestión