El 5 de septiembre de 2025, finalizó la concesión de la empresa Consettur para operar el transporte de turistas hacia Machu Picchu a través de la carretera Hiram Bingham. Sin embargo, la Municipalidad de Urubamba no realizó a tiempo la convocatoria para una nueva licitación. Esta situación llevó a la contratación directa de la empresa San Antonio de Torontoy, que carece de la infraestructura necesaria para ofrecer un servicio eficiente.
Este conflicto ha resultado en el mantenimiento del monopolio de Consettur, quien se ha negado a ceder el servicio, generando una crisis que ha impactado de manera significativa la experiencia de los turistas en la zona. Muchos visitantes se han visto obligados a subir a pie hacia la ciudadela inca debido a la paralización temporal del transporte. En un acto de respuesta, Consettur suspendió sus servicios durante tres horas tras un ataque a uno de sus buses, alertando sobre la posibilidad de futuras suspensiones si no se garantizan condiciones de seguridad adecuadas.
La crisis actual ha afectado a más de 5,000 turistas diarios, causando demoras y confusiones en el acceso a una de las maravillas del mundo. Las autoridades municipales han defendido la decisión de contratar temporalmente a San Antonio de Torontoy, argumentando que era necesario evitar la interrupción del servicio. No obstante, dirigentes locales junto con representantes de Consettur han exigido un nuevo concurso que permita la transparencia y competencia en el servicio de transporte hacia Machu Picchu.
En respuesta a esta situación, el Ministerio del Interior ha implementado un plan de seguridad que incluye la presencia de policías a bordo de los buses, con el objetivo de resguardar la seguridad de los turistas. Sin embargo, el panorama general sigue siendo incierto, con una clara afectación económica en la región debido a la falta de un marco adecuado para la concesión del servicio.
En síntesis, la falta de una licitación oportuna y la resistencia de Consettur a entregar el servicio han desencadenado un conflicto operático y de seguridad en el acceso a Machu Picchu, generando una situación de incertidumbre y afectaciones económicas en una de las principales atracciones turísticas del Perú.
Fuente: La Republica