Una tragedia sacude la tranquila población de Miraflores, en La Paz, Bolivia, luego de que un hombre de 34 años perdiera la vida tras una prolongada celebración en la que el alcohol y la alegría se mezclaron de manera fatal.
Según los testimonios recopilados y la información preliminar, el hombre había estado inmerso en una festividad que se extendió por cuatro días, siendo el epicentro de la misma desde el pasado viernes. Sin embargo, lo que parecía ser un tiempo de júbilo compartido con amigos y familiares, terminó en una tragedia inesperada.
Fue trasladado ya sin vida a un centro de salud cercano por sus propios familiares, quienes inicialmente pensaron que simplemente se encontraba en un profundo sueño mientras descansaba en una silla. «Era normal ver a las personas dormirse en sillas durante la fiesta, por eso pensamos que simplemente estaba descansando», relató uno de los testigos a los medios de comunicación, visiblemente impactado por lo sucedido.
Los padres del difunto, con lágrimas en los ojos, se lamentan por no haber intervenido antes. «Él estaba muy emocionado de reunirse con sus seres queridos, algunos de los cuales no había visto en mucho tiempo, y por eso decidió quedarse», expresaron los progenitores de la víctima, con el corazón destrozado.
La madre del fallecido había recomendado a los tíos y tías que lo llevaran a casa, pero estos optaron por no interferir, ya que el joven se negaba a abandonar la fiesta y continuar bebiendo en estado de ebriedad.
La policía, por su parte, sospecha que la muerte pudo haber sido causada por asfixia mecánica, aunque aún se espera el informe oficial para confirmar las circunstancias exactas de este trágico suceso.