La Ciénaga de Pajarales, situada en la Ciénaga Grande de Santa Marta en el Caribe colombiano, enfrenta una crisis ambiental sin precedentes. La planta acuática invasora Hydrilla verticillata, originaria de Asia, se ha expandido descontroladamente, cubriendo más de 700 hectáreas y avanzando a un ritmo aproximado de 1.2 km² por mes. Esta situación pone en grave peligro la comunidad palafítica de Nueva Venecia, donde la pesca y la navegación son vitales para la alimentación y la economía local.
El crecimiento desmedido de la Hydrilla ha bloqueado el acceso a las aguas, dificultando la captura de peces y provocando la acumulación de aguas residuales, lo que genera malos olores y afecta la calidad de vida de sus habitantes. Los pescadores han expresado su temor a ser desplazados, reviviendo recuerdos de los conflictos armados que afectaron a Colombia en el pasado. Se sospecha que esta invasora ingresó ilegalmente al país, probablemente a través de plantas para acuarios.
Ante esta alarmante situación, las comunidades han protestado exigiendo acciones inmediatas del gobierno. El Ministerio de Ambiente ha reconocido la gravedad del problema y ha convocado un comité técnico nacional para analizar y desarrollar estrategias de manejo. Además, se coordinará con entidades defensoras de derechos humanos y de salud para atender el impacto social y sanitario que esta crisis está generando.
Corpamag, la autoridad regional competente, ha solicitado una intervención urgente por parte del gobierno y de organismos internacionales. Sin su intervención, se teme que la forma de vida tradicional de los pescadores y el delicado ecosistema Ramsar de la zona se vean seriamente amenazados.
En resumen, la invasión de Hydrilla verticillata no solo amenaza el ecosistema de la Ciénaga de Pajarales, sino que también pone en jaque la subsistencia, cultura y bienestar social de la comunidad de Nueva Venecia. La situación requiere atención inmediata para evitar que se convierta en una crisis humanitaria.
Fuente: La República









