Intel, una de las líderes en la industria de semiconductores, ha decidido dar un giro significativo en su estrategia de fabricación. Históricamente enfocada en la producción de chips para su propio uso, la compañía se enfrenta a desafíos en su nodo de producción avanzado 18A, lo que ha llevado a una baja rentabilidad. Ante esta situación, ha comenzado a explorar la externalización de ciertos procesos de fabricación, especialmente en el área de sustratos de vidrio, como parte de un cambio hacia un modelo más competitivo y eficiente.
Bajo el liderazgo del CEO Lip-Bu Tan, Intel está revisando su negocio de fundición, buscando abrir alianzas estratégicas con importantes actores del sector, tales como TSMC, Apple y NVIDIA. Esta reorientación incluye incluso la colaboración con el gobierno de EE. UU., que ha decidido adquirir participación en la empresa para fortalecer su capacidad en la fabricación para terceros. La meta es convertir a Intel en una fundición competitiva, modelándose sobre el éxito del modelo de TSMC en el mercado.
A medida que la compañía se adapta, planea también abandonar algunos procesos de fabricación interna de componentes técnicos altamente complejos, confiando en partners externos para acelerar el desarrollo y reducir costos. En este sentido, Corea del Sur emerge como un país clave para Intel, gracias a las significativas inversiones realizadas por gigantes tecnológicos como SK Hynix y Samsung.
A pesar de la dependencia actual de Intel en TSMC para ciertos chips, la empresa espera aumentar el rendimiento de sus instalaciones internas. Sin embargo, los problemas de rendimiento asociados al nodo 18A, así como la limitada captación de clientes para su servicio de fundición, ponen en duda la viabilidad de esta estrategia a corto plazo. Aun así, las alianzas estratégicas que Intel está formando representan un apoyo crucial para su proceso de reestructuración.
En resumen, Intel está transitando de un modelo centrado en la fabricación exclusiva hacia uno más diversificado, que incluye la externalización y la producción para terceros. Aunque enfrenta desafíos técnicos y de mercado significativos, las alianzas y ajustes en su estrategia de fabricación son pasos decisivos para asegurar su competitividad en el futuro.
Fuente: Diario Correo