En un evento sin precedentes, el rey Carlos III del Reino Unido y el Papa León XIV se reunieron en el Vaticano, donde llevaron a cabo un acto de oración conjunto en la majestuosa Capilla Sixtina. Este significativo encuentro, que no se había realizado desde hace casi 500 años debido al cisma anglicano del siglo XVI, simboliza un paso importante hacia la reconciliación entre la Iglesia de Inglaterra y la Iglesia Católica Romana.
La visita, marcada por un fuerte componente ecuménico, incluyó la presencia de la reina Camila, quien acompañó al rey durante toda la jornada. Ambos líderes participaron en un servicio religioso transmitido en directo, resaltando su compromiso compartido con la protección del medio ambiente, una causa que ha sido promovida activamente por el monarca británico y que cuenta con el respaldo del Vaticano.
El encuentro también fue enriquecido por la intervención de la ministra británica de Asuntos Exteriores, quien tuvo el honor de leer un pasaje bíblico durante la ceremonia. Este gesto simbolizó la unión de diferentes voces en un objetivo común, enfatizando la relevancia del diálogo interreligioso en la actualidad.
Los diálogos que se llevaron a cabo durante este histórico encuentro giraron en torno a temas como la sostenibilidad y la cooperación global, proponiendo nuevas formas de colaboración entre las dos instituciones religiosas y, por extensión, entre los respectivos gobiernos. Este momento se celebra como una señal esperanzadora para normalizar las relaciones tras décadas de distanciamiento.
Este encuentro ocurre en un contexto delicado para la monarquía británica, que ha estado bajo el escrutinio mediático debido a diversas controversias relacionadas con la familia real. Sin embargo, el acto en el Vaticano se presenta como un hito diplomático y religioso que subraya la importancia de la unidad, el diálogo y la cooperación frente a los desafíos globales que enfrentan ambas naciones.
En resumen, la reunión entre Carlos III y León XIV representa un avance significativo hacia la superación de siglos de división histórica, reforzando la importancia de la paz y la camaradería en un mundo que busca soluciones conjuntas a sus problemas más acuciantes.
Fuente: El Comercio









