El Rey Carlos III ha dado un paso significativo al iniciar un proceso formal para retirar todos los títulos, honores y distinciones a su hermano, el príncipe Andrés. A partir de este momento, el hermano del monarca será conocido como Andrew Mountbatten Windsor. Esta decisión se considera una de las más drásticas en la historia reciente de la monarquía británica y surge como consecuencia de una serie de escándalos que involucran al príncipe, especialmente su relación con el delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein.
La situación del príncipe Andrés se ha visto gravemente afectada por acusaciones de conducta sexual inapropiada, las cuales él continúa negando. El Palacio de Buckingham ha subrayado que esta medida es vital para preservar la legitimidad e integridad de la institución monárquica. En 2022, Andrés ya había perdido sus vínculos militares y patrocinios reales. Sin embargo, hasta ahora, había mantenido su título de príncipe por nacimiento.
Además de despojarlo de su título, el Rey Carlos III ha decidido rescindir el contrato de arrendamiento de la Royal Lodge, residencia oficial donde Andrés vivió durante más de 20 años. Esta acción obligará al príncipe a mudarse a una vivienda privada en Sandringham, que será financiada por el rey. A pesar de esta compleja situación, las hijas del príncipe, las princesas Beatriz y Eugenia, conservarán sus títulos reales, de acuerdo a las patentes de 1917.
Esta decisión del rey refleja un esfuerzo por consolidar una monarquía moderna que no tolera conductas que puedan afectar su imagen o reputación. Al despojar a Andrés de sus títulos y mandarle abandonar su residencia, Carlos III busca marcar un claro mensaje sobre los estándares que debe cumplir la familia real en la actualidad.
La inminente reestructuración de los títulos reales en la monarquía británica servirá para definir un nuevo protocolo de conducta y responsabilidad dentro de la institución, en un intento por restaurar la confianza pública y mantener la tradición de la monarquía.
Fuente: La República









