Un reciente estudio del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi” (INSM) revela que más del 40% de los trastornos mentales en adolescentes y adultos tienen su origen antes del nacimiento o en los primeros años de vida. Esta investigación enfatiza la crucial importancia de las experiencias durante la primera infancia, una etapa fundamental en el crecimiento que influye en la formación de millones de conexiones neuronales esenciales para la regulación emocional, la respuesta al estrés y las habilidades sociales.
Impacto de las adversidades tempranas
El informe destaca que experiencias adversas como el abuso, la negligencia, la violencia intrafamiliar o la pobreza extrema pueden incrementar los niveles de cortisol, conocida como la hormona del estrés. Este aumento en la hormona puede causar daños en áreas cerebrales vitales, incluyendo el hipocampo, la amígdala y la corteza prefrontal. Las consecuencias de tales daños son graves, manifestándose en problemas potenciales como ansiedad, depresión, dificultades de atención y alteraciones de conducta en la adultez.
Factores y prevención
Desde el INSM se subraya que el aprendizaje y el desarrollo de habilidades durante los primeros años de vida no solo son vitales, sino que también pueden transformar físicamente la estructura del cerebro. Con esto en mente, el instituto hace un llamado a implementar políticas públicas sólidas y a fortalecer el entorno familiar. La creación de una cultura que priorice la salud mental infantil es esencial para aprovechar este período crítico de neuroplasticidad y así prevenir futuros trastornos mentales.
Enfoque de la vulnerabilidad
El estudio revela que las niñas son particularmente vulnerables a estos trastornos mentales, aunque no se profundiza en las razones detrás de esta vulnerabilidad. Es indiscutible que la infancia representa un período fundamental para el bienestar mental en el futuro. Las intervenciones tempranas pueden generar cambios significativos que marquen una diferencia considerable en la salud mental durante la adultez.
Conclusión
En conclusión, el mensaje es claro: invertir en la salud mental infantil es crucial para prevenir problemas a largo plazo. Las experiencias adversas en la primera infancia tienen el potencial de causar efectos profundos y duraderos en la salud mental. La atención y el cuidado en estos años tempranos pueden ser decisivos para un futuro saludable.
Fuente: Infobae