El reciente Foro del Agua de la Convención Minera Perumin 37 ha desatado intensas críticas tras las declaraciones del ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Ángel Manero, quien sugirió que, ante la escasez hídrica, se debe priorizar el uso del agua para la minería en lugar de la agricultura. Esta postura se fundamenta en el argumento de que la minería genera un mayor flujo económico para el país, y que los ingresos derivados de esta actividad podrían ser utilizados para financiar infraestructura hídrica destinada al sector agrícola en el mediano plazo.
Las palabras del ministro no tardaron en generar un fuerte rechazo por parte de diversos gremios agrarios, expertos, organizaciones sociales y autoridades regionales, quienes argumentan que la declaración contradice la Ley de Recursos Hídricos y pone en juego la seguridad alimentaria del país. Este sector, que sostiene a la mayoría de las unidades productivas de Perú, ve con preocupación el posible giro en la política del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, que tradicionalmente ha defendido la priorización de la agricultura sobre otras actividades económicas.
Organizaciones como ANPE Perú y la Junta Nacional de Organizaciones de Usuarios de Agua decidieron alzar su voz en contra de la propuesta del ministro, reclamando su rectificación. Estas agrupaciones enfatizan que el agua es un derecho humano esencial y un recurso fundamental para la vida, y no debe estar supeditada a intereses del mercado. También han advertido que priorizar la minería podría agravar la inseguridad alimentaria y generar problemas adicionales, como la contaminación y la pérdida de ecosistemas.
Expertos en el ámbito agrario han calificado la postura del ministro como «rentista» e insostenible, sugiriendo que la planificación del uso hídrico debería ser una política de Estado independiente de los ciclos económicos mineros.
En respuesta a la controversia, Manero aclaró que sus declaraciones se enmarcan en un contexto teórico y de evaluación académica sobre flujos económicos, y que estas no debieron ser malinterpretadas. Reiteró su compromiso con un desarrollo equilibrado que beneficie a ambos sectores a largo plazo, con proyectos de infraestructura financiados por ingresos provenientes de la minería.
La situación generada por estas declaraciones pone de manifiesto la tensión existente entre el sector minero y el agrícola en Perú, evidenciando la necesidad de un diálogo robusto entre ambos para encontrar un camino que garantice el desarrollo sostenible y el bienestar de todos los peruanos.
Fuente: RPP









