El gobierno australiano ha firmado un contrato significativo valorado en 1.700 millones de dólares australianos, equivalentes a aproximadamente 1.100 millones de dólares estadounidenses, con la empresa Anduril Australia. Este acuerdo tiene como objetivo adquirir, mantener y desarrollar durante cinco años una flota de drones submarinos autónomos de gran tamaño, conocidos como Ghost Shark, destinados a la Royal Australian Navy.
Los Ghost Shark están diseñados para llevar a cabo misiones avanzadas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, así como para realizar ataques a larga distancia de manera sigilosa. Este avance refuerza considerablemente las capacidades de guerra submarina de Australia, al mismo tiempo que complementa la futura flota de buques de combate y submarinos, tanto convencionales como nucleares.
El impacto de este proyecto va más allá de la adquisición de tecnología avanzada, ya que también contribuye al desarrollo de la industria de defensa australiana. Se estima que generará más de 150 nuevos empleos cualificados directos en Anduril y apoyará a más de 40 empresas australianas en la cadena de suministro, con un efecto esperado que podría ascender a 600 empleos adicionales en toda la región.
Según el ministro de Defensa, Richard Marles, las primeras unidades de los drones Ghost Shark están programadas para entrar en servicio en enero de 2026. Marles ha señalado que este programa es una respuesta estratégica al entorno de seguridad regional, más complejo y desafiante del que Australia ha enfrentado desde la Segunda Guerra Mundial.
El desarrollo y la integración de estos drones submarinos requerirán investigación continua en sus cargas útiles y capacidades de misión, aunque los detalles específicos sobre estas tecnologías aún no se han hecho públicos.
Con esta importante inversión, Australia busca no solo fortalecer su defensa nacional, sino también posicionarse como un actor clave en la seguridad marítima de la región.
Fuente: RPP Noticias