Un insólito y tenso episodio se vivió en el distrito de Quiñota, provincia de Chumbivilcas (Cusco), cuando pobladores indignados obligaron al alcalde Donato Capchi a subirse a un burro y ser paseado por la plaza, en señal de protesta por el presunto incumplimiento de obras en su gestión.
El hecho ocurrió a finales de junio, durante una audiencia pública de rendición de cuentas, la cual se desarrollaba con normalidad hasta que irrumpieron vecinos de la localidad de Ccollana portando pancartas y exigiendo respuestas. La situación rápidamente se tornó caótica: entre gritos, empujones e insultos, el alcalde fue obligado a montar el burro. Según testigos, algunos funcionarios también fueron agredidos físicamente y recibieron latigazos por parte de la turba.
Tras el incidente, el alcalde Capchi emitió un pronunciamiento rechazando cualquier forma de violencia: “Atentar contra la honra de las personas no construye la democracia. Yo sé que no existe gestión perfecta y podemos cometer errores”, indicó, anunciando además una renovación en su equipo de trabajo para “dinamizar la gestión”.
El episodio ha generado una fuerte polémica en la región. Mientras algunos vecinos respaldan la medida como una forma de exigir acciones concretas, otros la califican como un acto humillante que vulnera los derechos de la autoridad y podría ser denunciado penalmente.