En la madrugada del lunes, el Lago Titicaca, en el departamento de La Paz, Bolivia, se convirtió en escenario de una tragedia que cobró la vida de cinco personas. Entre los fallecidos se encuentran cuatro miembros de una familia y el propietario de la lancha en la que viajaban. Milagrosamente, un niño de seis años logró sobrevivir al naufragio.
El coronel Edgar Cortez, comandante departamental de la Policía de La Paz, confirmó que los fallecidos incluyen tres adultos, entre ellos el dueño de la embarcación, y dos menores de edad, de 7 y 9 años, quienes también murieron ahogados. El cuerpo del propietario de la lancha fue recuperado a 10 metros de profundidad por el personal de buceo de la Armada Boliviana, según reportó el teniente de navío Klauss Carvajal.
El rescate del quinto fallecido se realizó en medio del lamento de los comunarios, quienes llevaron a cabo oraciones y rituales en honor a las víctimas. La familia Quispe, originaria de Bolivia pero residente en Brasil, había planeado su regreso al país sudamericano para las 10:00 del lunes. Sin embargo, debido a la fuerza de las olas, los intensos vientos y la oscuridad, la lancha en la que viajaban se volcó.
La familia había visitado la comunidad Challa, en el municipio de Copacabana, para participar en las fiestas patronales. Tras cumplir con su compromiso, decidieron emprender su viaje de retorno a Brasil. Además del niño sobreviviente, tres de los fallecidos fueron encontrados a flote, mientras que uno fue hallado a cinco metros de profundidad y el propietario de la lancha al día siguiente, a 10 metros.