En el marco de la Semana Santa, el Lunes Santo marca un día de reflexión y conmemoración para los fieles católicos en todo el mundo. Este segundo día de la semana litúrgica está impregnado de significado, recordando dos pasajes cruciales en la vida de Jesús de Nazaret.
Uno de estos pasajes es la Unción en Betania, donde Jesús es honrado con un gesto de profunda devoción por parte de María, hermana de Lázaro, a quien Jesús había resucitado. En esta emotiva escena, María unge los pies de Jesús con un costoso perfume de nardo, simbolizando un acto de amor y preparación para su próxima muerte. Este gesto, aunque cuestionado por algunos, es defendido por Jesús como una acción digna y significativa.
El otro acontecimiento recordado en el Lunes Santo es la Expulsión de los Mercaderes del Templo de Jerusalén. Jesús, indignado por la profanación del templo con actividades comerciales, expulsa a los vendedores y cambistas, declarando que la casa de su Padre debe ser un lugar de oración y no de comercio. Este acto marca el comienzo de la Pasión de Cristo y refleja la firmeza de Jesús en la defensa de la pureza espiritual y la adoración a Dios.