River Plate, bajo la dirección de Marcelo Gallardo en su segundo ciclo, enfrenta una etapa de resultados negativos que sorprende a los seguidores del club. En sus últimos diez partidos, el equipo solo ha conseguido ganar en dos ocasiones, tanto en la Copa Libertadores como en el fútbol argentino. Esta racha poco habitual incluye derrotas consecutivas en casa, una situación inédita en casi un siglo de historia del club.
La crisis de rendimiento ha llevado al equipo a ser eliminado de torneos decisivos, como la Copa Argentina y la Copa Libertadores. Esto ha aumentado la presión sobre Gallardo y sus jugadores, generando un ambiente de tensión dentro y fuera del club. En este contexto, el técnico ha reconocido públicamente la complejidad de la situación y ha anticipado que, al finalizar la presente temporada, se llevará a cabo una evaluación exhaustiva sobre el futuro del cuerpo técnico.
Los números reflejan un River Plate irregular y alejado del nivel que mostró durante la primera etapa de Gallardo, pese a la significativa inversión en refuerzos. Estas estadísticas preocupantes han suscitado cuestionamientos sobre la figura histórica de Gallardo, incluso por parte de aficionados y miembros del club. La falta de identidad en el juego y la acumulación de resultados desfavorables han puesto en duda la continuidad del entrenador.
En un giro notable, Gallardo ha decidido reducir temporalmente su contacto con la prensa, sobre todo antes de enfrentar el crucial Superclásico contra Boca Juniors. Este partido se anticipa como un punto de inflexión en la temporada y podría determinar el futuro inmediato del equipo y de su entrenador.
En resumen, el regreso de Gallardo a River Plate se ve ensombrecido por una serie de desafíos y cuestionamientos. Con una racha negativa notable y el futuro del entrenador en el aire, el próximo mes será crucial para definir la continuación del proyecto liderado por uno de los técnicos más emblemáticos en la historia del club.
Fuente: RPP









