El gobierno de Estados Unidos ha intensificado su estrategia militar para combatir a los cárteles de droga en América Latina. En una reciente declaración, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el presidente Donald Trump han indicado que estas organizaciones representan una amenaza significativa para la seguridad nacional estadounidense, comparable a la de «Al-Qaeda del hemisferio occidental». A pesar de la gravedad de la situación, Trump afirmó que no solicitará al Congreso una declaración formal de guerra para llevar a cabo estas operaciones.
Las acciones anunciadas incluyen la realización de operaciones terrestres, además de las ofensivas navales y aéreas ya en marcha. Trump hizo hincapié en que se recurrirá a la fuerza letal contra los narcotraficantes, asegurando que se mantendrá informadas a las autoridades legislativas sobre las operaciones terrestres que se implementen.
Como parte de la preparación para estas intervenciones, el ejército estadounidense ha incrementado los entrenamientos conjuntos en Panamá, específicamente en zonas selváticas similares a los posibles escenarios de despliegue. Estas prácticas involucran a infantería de marina y comandos jungla, quienes utilizan fusiles de asalto, rifles de precisión y helicópteros de combate, en colaboración con las fuerzas armadas panameñas.
Desde agosto, Estados Unidos ha llevado a cabo ataques navales «cinéticos» contra narcolanchas en el Caribe y el Pacífico, los cuales han resultado en decenas de muertes. Sin embargo, estas operaciones han suscitado críticas por la falta de transparencia y las dudas sobre su legalidad en el contexto internacional.
Estas iniciativas evidencian el compromiso de Estados Unidos por intensificar su lucha contra el narcotráfico en la región, a través de una combinación de operaciones navales, aéreas y terrestres, bajo una postura firme de utilización de la fuerza letal sin requerir una declaración formal de guerra. La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollará esta nueva etapa en la lucha contra los cárteles en América Latina.
Fuente: La República









