En la noche del 21 al 22 de octubre de 2025, Kiev fue blanco de un ataque devastador que incluyó el lanzamiento de cientos de drones y decenas de misiles, resultando en al menos seis muertos, incluidos niños, y un notable número de heridos, entre ellos un niño de tan solo dos años. Este asalto aéreo golpeó áreas residenciales y edificios de gran altura en los distritos Dniprovskyi y Darnytskyi.
Según declaraciones del alcalde de la capital ucraniana, Vitali Klitschko, y reportes oficiales locales, el impacto del bombardeo no solo afectó la vida humana, sino que también causó enormes daños a la infraestructura energética del país. Se reportaron incendios y cortes de electricidad, así como daños significativos en el sistema de gas. La empresa energética más grande de Ucrania, DTEK, confirmó que numerosos hogares, hospitales y servicios públicos quedaron privados de energía, mientras que cortes de luz se extendieron a otras ciudades como Dnipro y Odesa.
A raíz de este bombardeo, muchos residentes quedaron atrapados en edificios incendiados, lo que llevó a un operativo de rescate en el que se evacuaron a decenas de personas. El asalto es parte de una campaña más amplia de bombardeos selectivos por parte de Rusia, enfocándose en la infraestructura energética ucraniana con la intención de debilitar el moral de la población civil y forzar al gobierno de Ucrania a aceptar negociaciones poco favorables.
En respuesta a este acto de agresión, Ucrania ha decidido incrementar significativamente su gasto en defensa. El Parlamento ucraniano aprobó un aumento de 324.700 millones de grivnas (aproximadamente 6.600 millones de euros) para fortalecer su capacidad de respuesta frente a la ofensiva rusa, utilizando en parte activos congelados pertenecientes a Rusia. El presidente Volodymyr Zelensky enfatizó la urgencia de imponer más sanciones internacionales y de recibir apoyo militar adicional de Occidente.
Este ataque contra Kiev marca uno de los episodios más devastadores en el conflicto y resalta la escalada de tensión y la intensificación militar en la región. La magnitud de los daños, tanto humanitarios como materiales, coloca a Ucrania en una posición crítica, donde la necesidad de una respuesta contundente y de apoyo global es más evidente que nunca.
Fuente: La República









