La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una grave advertencia sobre el aumento de la resistencia bacteriana a los antibióticos comunes, reportando un incremento superior al 40% entre 2018 y 2023. Este incremento se traduce en un promedio anual que oscila entre el 5% y el 15%, lo que está complicando gravemente el tratamiento de infecciones bacterianas.
Actualmente, se estima que una de cada seis infecciones bacterianas confirmadas en laboratorio presenta resistencia a los tratamientos antibióticos convencionales. Este fenómeno está reduciendo las opciones terapéuticas disponibles y aumentando la necesidad de recurrir a antibióticos de segunda línea o de último recurso, con la consiguiente preocupación por la salud pública.
Entre las bacterias más problemáticas se encuentran Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y Salmonella, que exhiben niveles alarmantes de resistencia a antibióticos esenciales, incluyendo las cefalosporinas de tercera generación, fluoroquinolonas y carbapenémicos. La situación es especialmente crítica en regiones como África, donde una de cada cinco infecciones es resistente, y en Asia y Oriente Medio, con una de cada tres.
Este crecimiento en la resistencia bacteriana representa un serio problema de salud que incrementa el riesgo de mortalidad y dificulta el tratamiento eficaz de infecciones comunes como las urinarias, gastrointestinales, sanguíneas y de transmisión sexual. La OMS advierte que la resistencia está creciendo más rápido que los avances médicos, impulsada en gran medida por el uso inadecuado y excesivo de antibióticos.
Ante esta alarmante situación, la OMS subraya la necesidad urgente de implementar políticas que promuevan el uso responsable de antibióticos y fomenten la investigación y desarrollo de nuevos tratamientos. Sin medidas efectivas, se corre el riesgo de dejar muchas enfermedades sin opciones de tratamiento, lo que podría tener un impacto económico global devastador, cuantificado en billones de dólares.
La problemática de la resistencia a antibióticos es un desafío que exige atención inmediata y acciones concretas para evitar que se convierta en una crisis sanitaria global.
Fuente: La Republica









