El grupo peruano de cumbia Agua Marina ha sido víctima de extorsiones y amenazas desde inicios de 2025, según las denuncias efectuadas por su líder, José Quiroga. Estos alarmantes hechos se produjeron meses antes del reciente ataque armado durante un concierto en el Círculo Militar de Chorrillos, que evidenció la creciente inseguridad que enfrentan los artistas en Perú.
El ataque ocurrió cuando dos hombres armados a bordo de una motocicleta dispararon contra el escenario, dejando a al menos cuatro integrantes de la orquesta y a un miembro del equipo técnico heridos. Este violento episodio desató el pánico entre los asistentes y resaltó la grave amenaza que representa la delincuencia organizada para los músicos, quienes son constantemente extorsionados por mafias que exigen pagos para garantizar la seguridad durante sus presentaciones.
A pesar de las múltiples denuncias realizadas por Agua Marina, las autoridades no habrían tomado medidas efectivas para frenar estas agresiones. En respuesta a las amenazas, el grupo musical ha implementado medidas de seguridad más estrictas, sin embargo, alertaron que la situación de violencia y extorsión contra los artistas continúa escalando sin respuestas contundentes por parte de las instituciones encargadas de velar por la seguridad pública.
Este ataque ha generado un clamor nacional por justicia y la necesidad de adoptar medidas urgentes para proteger tanto a los artistas como al público en eventos culturales. La demanda por leyes más estrictas contra la criminalidad organizada se ha intensificado, especialmente a la luz de otros casos de violencia en el sector musical, entre ellos el asesinato del cantante Paul Flores de la orquesta Armonía 10, también relacionado con extorsiones.
La Policía Nacional del Perú se encuentra investigando el atentado en Chorrillos y revisando posibles irregularidades en la organización del evento, con el objetivo de esclarecer lo sucedido y detener la ola de violencia que afecta no solo a músicos, sino a otros gremios vulnerables en el país.
La implicancia de estos eventos no solo pone en riesgo a los artistas, sino que también afecta la cultura y la música peruana, que es un elemento vital de nuestra identidad nacional. La comunidad artística pide a gritos soluciones efectivas y la protección que merecen.
Fuente: Infobae