Amazon, la gigante del comercio electrónico, ha acordado hacer frente a una multa sin precedentes de 2,500 millones de dólares tras una demanda presentada por la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos. Esta suma se desglosa en 1,000 millones de dólares como sanción administrativa y 1,500 millones de dólares destinados a indemnizar a los usuarios que se inscribieron en su servicio Prime sin un consentimiento claro.
La FTC acusó a Amazon de emplear prácticas engañosas durante el proceso de inscripción a su servicio Prime, dificultando a los consumidores la cancelación de sus suscripciones. Según la denuncia, la empresa complicó la adquisición de productos al hacer que la opción de compra estuviera vinculada a la suscripción, además de requerir hasta cinco pasos en su sitio web y seis en su aplicación móvil para cancelar el servicio. Estas tácticas han sido consideradas ilegales por la FTC, que busca proteger los derechos de los consumidores frente a prácticas desleales.
La presidenta de la FTC, Lina Khan, expresó que este tipo de comportamientos no solo perjudican a los consumidores, sino que también dañan a las empresas que operan de manera honesta en el mercado. Esta resolución se presenta como un esfuerzo por parte de la entidad reguladora para establecer un precedente y sancionar a las empresas que empleen tácticas engañosas o abusivas.
Además de la multa, Amazon y dos de sus ejecutivos han sido prohibidos de repetir estas prácticas en el futuro, marcando un paso significativo hacia una mayor transparencia y responsabilidad en el sector de los servicios digitales. Este acuerdo es un reflejo del creciente escrutinio que enfrenta Amazon por parte de los reguladores y su compromiso por mejorar la experiencia del usuario y sus prácticas comerciales.
En un contexto donde cada vez más consumidores se registran y utilizan servicios en línea, el caso de Amazon subraya la importancia de la claridad en las condiciones de uso y el respeto a la voluntad de los usuarios al momento de suscribirse a servicios digitales.
El acuerdo se configura como un hito en la regulación del comercio electrónico y podría servir de modelo para futuras acciones contra prácticas comerciales engañosas en la industria.
Fuente: Gestión









