En un emotivo mensaje dirigido a la población de Lampedusa, el Papa León XIV destacó la importancia de la solidaridad mostrada por los habitantes de la isla en la acogida de migrantes que llegan a Europa por mar. Calificó a Lampedusa como un «baluarte de humanidad» ante las crisis migratorias que azotan el Mediterráneo, subrayando el esfuerzo colectivo de voluntarios, políticos, médicos, sacerdotes y fuerzas del orden en la atención a estas personas vulnerables.
En el video, el pontífice apoyó la candidatura de Lampedusa para ser reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, promoviendo su imagen como «isla de la acogida». Este reconocimiento se fundamenta en la cultura de recepción que los lugareños han cultivado a lo largo de los años, en un contexto marcado por dramáticas tragedias migratorias y naufragios en la región.
León XIV hizo un llamado a la empatía y la reconciliación, instando a todos a ver a los migrantes no como enemigos, sino como hermanos y hermanas. Recordó el compromiso de su predecesor, el Papa Francisco, quien realizó su primer viaje apostólico a Lampedusa en 2013. Este viaje fue un importante recordatorio de la necesidad de defender la dignidad y protección de los migrantes, así como de combatir la indiferencia y la violencia que a menudo enfrentan.
El Papa también mencionó el papel de Lampedusa y Linosa como «puerta de Europa», resaltando la responsabilidad que esto conlleva. Expresó su tristeza por las muchas vidas que se han perdido en las peligrosas travesías marítimas, en especial las de madres y niños, cuyas historias quedan inmortalizadas en la isla «como semillas para un mundo nuevo».
La candidatura ante la UNESCO busca visibilizar los gestos solidarios de los habitantes de Lampedusa, fortaleciendo la idea de que la humanidad puede y debe responder con amor y compasión en medio de la adversidad. Este proyecto será presentado oficialmente el 12 de septiembre durante un concierto en la isla, además de estar vinculado a la iniciativa Avenir de rescate marítimo, que simboliza la fraternidad y el cuidado por aquellos que se encuentran en situaciones de riesgo.
La labor de acogida realizada por la población de Lampedusa no solo es un ejemplo de humanidad, sino que también nos invita a reflexionar sobre la responsabilidad global que todos compartimos frente a la crisis migratoria actual.
Fuente: La República









