Durante su juicio oral por el presunto delito de rebelión, el expresidente Pedro Castillo sorprendió al exigir a la Fiscalía que presente las armas que supuestamente utilizó para llevar a cabo el delito. En un tono desafiante, Castillo incluso pidió que le mostraran al menos una «pistolita de agua», lo que refleja su incredulidad ante las pruebas presentadas en su contra.
La Fiscalía ha solicitado una condena de 34 años de prisión efectiva para Castillo, quien está acusado de haber orquestado un fallido autogolpe el 7 de diciembre de 2022. Según la acusación, el entonces presidente y sus colaboradores planearon un levantamiento ilegal con el objetivo de tomar el control del poder, movilizar a sus simpatizantes y ejercer influencia sobre los medios de comunicación.
El proceso judicial se inició el 4 de marzo de 2025 y actualmente está revisando una variedad de evidencias, incluyendo testimonios, imágenes, videos y documentos. La Fiscalía sostiene que la acción de Castillo quebrantó el orden democrático del país y que el juicio carece de antecedentes. Por su parte, la defensa de Castillo argumenta que para que exista el delito de rebelión es necesario un levantamiento armado, algo que el expresidente niega rotundamente.
Castillo ha cuestionado la legitimidad del proceso judicial, declarándose en insurgencia y rechazando su defensa legal, acusando al juicio de ser una farsa política orquestada en su contra. La audiencia se lleva a cabo en la Sala Penal Especial de la Corte Suprema, ubicada en el penal Barbadillo, y se espera que la sentencia final se emita hacia octubre o noviembre de 2025.
Además de Castillo, otros implicados en este caso, como la ex premier Betssy Chávez y el asesor Aníbal Torres, también están enfrentando procesos legales y medidas asociadas a esta investigación.
La espera por una resolución definitiva en este caso que ha captado la atención del país continúa, mientras se analizan los argumentos de ambas partes en este complejo entramado judicial.
Fuente: El Comercio









