Un reciente informe del Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) de Corea del Sur ha revelado que el líder norcoreano, Kim Jong-un, no presenta problemas de salud graves. Sin embargo, se han observado síntomas asociados a su obesidad, como sudoración excesiva y fatiga al realizar actividades físicas, como subir escaleras. Esta situación ha llevado al régimen de Pyongyang a implementar estrictas medidas de protección para salvaguardar cualquier información biológica sobre su líder y su hija, Kim Ju Ae.
El control riguroso del traslado de materiales y desechos durante visitas oficiales destaca la importancia que el gobierno norcoreano otorga a la figura de Kim Jong-un, especialmente en el contexto de la seguridad nacional. A pesar de su estado físico, el informe indica que Kim sigue al mando del país sin enfrentar problemas médicos significativos que puedan comprometer su liderazgo.
En el ámbito diplomático, Kim Jong-un ha comenzado a hacer su entrada en la esfera multilateral, pero no sin enfrentar tensiones y evidenciar falta de experiencia. Gestos como entrar antes que el presidente chino Xi Jinping en un desfile y la imitación de Vladímir Putin han llamado la atención sobre su debut en este terreno. A pesar de que su imagen, flanqueada por los líderes de China y Rusia, ha sido recibida como un éxito simbólico, no ha logrado obtener un respaldo claro de Pekín y Moscú en cuanto a sus demandas económicas o a la extensión de alianzas bilaterales.
Otro aspecto fundamental que emerge del informe es la creciente relevancia de Kim Ju Ae, hija de Kim Jong-un, en la sucesión del régimen norcoreano. Su reciente presencia en visitas diplomáticas a China y la atención mediática generada en torno a su figura sugieren que podría ser considerada como una posible heredera del liderazgo. Esta narrativa parece estar diseñada estratégicamente para asegurar la continuidad del régimen en el futuro.
En conclusión, el informe del NIS confirma que Kim Jong-un sigue al frente del país, a pesar de enfrentar algunas dificultades físicas ligadas a su obesidad. La figura de su hija, Kim Ju Ae, adquiere cada vez más protagonismo en la escena política, lo que podría indicar un cambio en la dinámica de poder en Corea del Norte.
Fuente: RPP