El Estadio Monumental de Buenos Aires fue testigo de un momento histórico tras el partido de Eliminatorias Mundialistas entre Argentina y Venezuela, donde la selección argentina se impuso con un contundente 3-0, gracias a dos goles del astro Lionel Messi. En este marco, el legendario músico argentino Charly García, quien asistió en silla de ruedas, tuvo la oportunidad de vivir una experiencia inolvidable a la salida del encuentro.
García ocupó un lugar preferencial en el estadio y, al concluir el partido, fue recibido en el vestuario por varias figuras del equipo argentino. En un encuentro que se tornó emotivo, el músico se tomó fotografías con Messi, Rodrigo De Paul, Alexis Mac Allister, y Claudio Tapia, actual presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). La alegría y la emoción fueron palpables, consolidando el lazo entre dos íconos argentinos.
Uno de los momentos más conmovedores de la jornada se produjo cuando Charly tomó la mano de Messi al momento de despedirse. Con un gesto cargado de emoción, le dijo: «Chau, que Dios te bendiga». Este simple pero significativo intercambio subraya la admiración y el respeto que se tienen ambos, convirtiendo este encuentro en un símbolo de unión entre dos leyendas del país.
El encuentro también tuvo lugar en un contexto especial, ya que se trató del último partido local de Messi en las Eliminatorias hacia el Mundial de 2026. Este hito marca un capítulo significativo en la carrera del jugador, quien, además, recibió elogios de su entrenador, Lionel Scaloni, que confirmó que Messi no viajará al próximo partido para descansar. Esto pone de manifiesto el gran esfuerzo y dedicación que el capitán ha demostrado en cada encuentro ante su selección.
Eventos como este no solo celebran el fútbol argentino, sino también la cultura y el sentido de pertenencia que atletas y artistas generan en el país. El encuentro entre Charly García y Lionel Messi destaca la importancia de los vínculos humanos en momentos históricos, recordando que, en el fondo, todos compartimos las mismas pasiones y sueños.
Así, dejó una huella imborrable en quienes presenciaron este evento, reforzando la idea de que los grandes momentos deportivos también pueden estar acompañados de encuentros profundamente emocionales.
Fuente: La Republica









