Un juego infantil con un trágico y fatal desenlace ha conmocionado a la comunidad del este de Houston después de que un niño de 11 años, identificado como Julian Guzmán, falleciera a causa de un disparo efectuado por un residente, tras tocar el timbre de una vivienda en el marco de una broma clásica conocida como «tocar y correr».
Los hechos ocurrieron aproximadamente a las 11:00 p.m. de este viernes en la calle Mimbrough. De acuerdo con la versión de las autoridades y el relato de un testigo presencial, primo de la víctima, los menores decidieron salir de una fiesta familiar para jugar por las calles del vecindario.
La fiscalía del condado de Harris detalló que los niños seleccionaron una casa de dos pisos, cuyas ventanas se encuentran alejadas de la puerta principal, lo que dificultaba que alguien dentro pudiera ver hacia el exterior con claridad. Tras tocar el timbre, emprendieron la huida corriendo, como es habitual en la travesura.
No obstante, la situación escaló de forma violenta e inmediata. Metros más adelante, se escucharon dos disparos. Una de las balas impactó en la espalda de Julian, quien cayó al suelo instantáneamente a causa del dolor y la gravedad de la herida.
“Tuve que arrastrar a mi primo porque no podía moverse”, declaró el primo a las autoridades, relato que fue confirmado por el fiscal Sean Teare en una comunicación con CNN. El joven testigo intentó auxiliar a la víctima bajo el fuego, arrastrándolo para ponerlo a salvo.
Julian Guzmán fue trasladado de urgencia a un centro hospitalario, donde lamentablemente falleció al día siguiente a causa de las heridas provocadas por el proyectil.
Las investigaciones preliminares realizadas por la policía indican que el presunto autor material de los disparos es un hombre que, según las primeras pruebas y descripciones, se encontraba vestido con ropa de color rojo y negro en el momento de los hechos.







